¡Buenas!
Revisando el blog, me he dado cuenta de que todas mis entradas semanales han sido reflexivas o abordando temas polémicos desde mi punto de vista. Esta semana me apetecía romper la monotonía y hablar simplemente de una figura que sin duda me ha influenciado muchísimo.
Debido a que quiero expresarme con claridad sin tener que acortar el contenido por el espacio, realizaré este escrito en dos partes.
Hace unos años escuché hablar de un chef muy importante, galardonado con 3 estrellas michelín y caracterizado por salirse fuera de los esquemas. Una persona poco común, que toda idea que tenía la materializaba, por alocada que fuese . Esto ha sido una gran ventaja en su trayectoria profesional y le ha hecho llegar hasta donde está hoy en día. Lo que más destaca de él, a mi parecer, es su personalidad inquieta. Me atraen este tipo de personas, despiertan en mí muchísima curiosidad y podría pasarme horas observando su forma de actuar. Disfruto viéndoles disfrutar con su propia imaginación.
Sin pensarlo dos veces me puse a investigar, y cuanto más descubría, más quería saber.
Desde pequeña, me ha encantado la cocina. Me entretengo ejerciéndola, aunque por tiempo no le dedico lo que me gustaría.
Relacionado con este tema, adoro aprender mil platos de diferentes culturas, ya que opino que la gastronomía transmite la costumbre e historia de sus personas en cada olor y sabor.
Siento el deseo de conocer todo lo que nos rodea, y que mejor que hacerlo a través de algo tan representativo como la alimentación.
Sin duda, esta persona de la que a continuación me dispongo a hablar, recogía estas dos características esenciales para que su personalidad fuera un cóctel molotov. Es lo que más me cautivaba, que fuese una persona tan explosiva y creativa en su trabajo. Hay tanto misterio alrededor de todo esto que es imposible no entrometer la nariz.
Hablo del chef de cocina vanguardista Dabiz Muñoz (o el chef de la cresta, como muchos le conocen), que con tan solo 37 años se ha convertido en un genio de los fogones. Con tres estrellas michelín a cuesta, sigue luchando para hacer realidad su mundo de fantasía. Incansable, consigue poco a poco sus sueños con gran éxito.
Fuente: http://wikipedia.com
Viviendo en Londres y experimentando su comida, decidió abrir su primer restaurante de alta cocina de una forma poco común. Cansado de la formalidad de esta, se propuso transportarla a otra visión más divertida, que llevara a sus comensales a un viaje cultural a través de sus platos. Volvió a España, instalándose en Madrid en 2007 y abriendo DiverXO (tras vender su casa e hipotecar a su familia). No dudó en que el éxito vendría con trabajo y constancia, por lo que siguió adelante con su proyecto. Así fue, tras varios años recibió su primera estrella michelín (2010). Dos años más tarde llegó la segunda, gracias a la cual se lanzó a la piscina y abrió su segundo restaurante, StreetXO, pero fue su obra maestra quien volvió a destacar en 2013 recibiendo su tercera estrella michelín.
Y es que Diverxo derrocha arte por los cuatro costados. Entrar en él, es como entrar en un mundo paralelo (no solo por el pastizal que cuesta), empezando a degustar por los demás sentidos antes que por el paladar. Hormigas gigantes acompañan a los comensales desde la entrada hasta el salón, por el camino se encuentran cerdos alados con tutús (marca personal del maestro, pues su padre de pequeño le decía que su imaginación llegaría al punto de ver cerdos voladores), una bandada de mariposas cubre gran parte del techo, sofás en vez de sillas para comer como reyes, un espacio onírico que tiene magia en sus rincones.Continuación de la entrada: Siguiente post.
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