El fin de semana pasado estaba en casa, viendo una película con mi padre, cuando de repente apareció una escena de sexo. Mi padre sin mirar dos veces si el contenido de la escena era normal o excesivo, cogió el mando y rápidamente cambió de canal. Ni siquiera hizo falta intercambiar palabras, de siempre en casa ha sido así. Si aparece sexo, se cambia la cadena hasta que pasen unos minutos, por lo que no pedí explicaciones.
Fue justo en ese momento cuando apareció en mi mente un pensamiento, “Pleno siglo XXI y sigue siendo tabú”.
Realmente en nuestros años académicos nadie nos educa en el sexo, y para mí la educación sexual es una de las educaciones más importantes que puedan existir. Hoy por hoy toda la información que tengo sobre el acto sexual la he obtenido por mí misma, debido mis curiosidades e intrigas, y que recuerde desde que empecé los estudios hasta acabar la secundaria, tan solo he recibido una charla sexual. La típica charla en la cual puedes deducir perfectamente toda la información que vas a recibir desde el primer segundo de empezar, ya que siempre es la misma: Métodos anticonceptivos, cómo se pone el condón y cómo se retira, y de paso te regalan uno de muestra. Pretenden salvar el mundo con ello, pero lo que no saben es que es una información tan escueta que de nada ha servido. Tampoco he gozado de la libertad de hablarlo en casa, como bien he aclarado con la introducción de este post.
El sexo es uno de los actos más naturales que tenemos los seres humanos, y aun así sigue envuelto en prejuicios debido a que se ve como algo obsceno y sucio, lo que le convierte en el tabú de los tabúes. Este pensamiento de prohibición, llega a los más jóvenes que acabamos creciendo sin saber el lado positivo y negativo de este.
En 2009, la Unesco declaró que “La educación sexual es tan importante como las matemáticas”, algo que Suecia está llevando a cabo desde mediados del siglo pasado al integrar este tipo de educación en un plan de estudios. Por desgracia España no corre la misma suerte.
La educación sexual es necesaria para evitar relaciones tempranas, embarazos no deseados o enfermedades de trasmisión sexual. Además decrecería el número de violaciones y agresiones homófobas, al aprender que existe una gran diversidad sexual.
También contiene grandes beneficios para nuestra salud, como el fortalecimiento del sistema inmunológico, disminuye el estrés o la reducción de riesgo de ataque cardiaco. No solo se basa en acostarse en pareja, ya sea chico-chica, chica-chica, chico-chico o en variedad, sino que dentro del acto existen múltiples opciones para ejercerlo, explorarlo y disfrutarlo. Y es que no solo se puede practicar lo que se conoce como piel con piel, sino que se nos ofrece una gran variedad de juguetes sexuales que provocan diferentes sensaciones placenteras para hacer de su práctica una diversión.
El sexo es un ámbito tan amplio e interesante que su conocimiento provocaría uno de los mayores beneficios que la sociedad pueda disfrutar.
El incidir en él y conocer todos sus rincones favorece a conocerte mejor sexualmente e indagar de una forma natural y dinámica, pero sobre todo, crear una buena educación para así poder empezar a disfrutar de verdad del sexo.
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